miércoles, 13 de junio de 2012

Nota Informativa Club Hípico de Santiago

A continuación les dejo una nota informativa que tuve que hacer para la universidad, específicamente para el ramo de "Redacción periodística", sobre el Club Hípico de Santiago. (me saqué un 6,6)



No hay ley que regule al Club Hípico
   
            “Es de público conocimiento que ningún sistema específico de apuestas mutuas sobre carreras de caballos tiene reconocimiento legal”; Es así como queda establecido en la Revista Chilena de Derecho [vol 28 N°3, pp. 572-591 (2001)] .
    Para llevar a cabo el estudio, se analizaron los artículos 19° hasta el 24° del Código Civil,  llegando a la conclusión de que existen diversos vacíos legales que permiten a los hipódromos no estar sometidos a alguna regulación que les circunscriba el ámbito de autonomía para desarrollar nuevos y mejores sistemas de apuestas mutuas.
    Los hipódromos son personas jurídicas de derecho privado que no cumplen una función pública; además, la actividad de estos recintos está sometida al principio de reserva  legal de la regulación de actividad económica. Por lo tanto, es el administrador  el encargado de introducir disposiciones reglamentarias que desborden la mera aplicación de la ley.
    En cuanto al ámbito socio-cultural,  en el Club hípico se  encuentra desde el gerente de una empresa hasta un obrero, pasando por menores de edad, ancianos, jóvenes y mujeres, siendo éste un lugar a donde acude público vulnerable, económica y socialmente; algo que no está regulado.
     El club hípico señala que sólo mayores de 18 años pueden hacer apuestas pero al leer el “reglamento de apuestas mutuas del Club Hípico de Santiago S.A” en ninguno de sus artículos queda establecida la edad mínima para realizar una apuesta  y es por eso que a menudo se ve en los asientos del hipódromo a adolecentes con sus amistades  pasando la tarde.
     También es conocido que la ludopatía (la adicción patológica a los juegos de azar y las apuestas) es un mal cada vez mayor que afecta a las personas que asisten a este tipo de lugares; Juan Soto González (45) obrero de una construcción, llegó al club  por un amigo y aunque dice que no gasta todo su dinero en apuestas, varias veces ha puesto en juego gran parte de sueldo.
    El Club Hípico de Santiago no cuenta con un grupo de médicos o psicólogos encargados combatir estos trastornos psicológicos a su público, menos con asistentes sociales que le adviertan a los adolescentes, padres de familia, acianos,  etc. sobre los problemas sociales y enfermedades que puede traer el apostar en exceso y gastar más de lo que se tiene.

(Fotos de la visita al Club Hípico de Santiago)


Claudia Kompatzki. 

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