Crónica creativa pedida en la clase de Seminario país actual, Periodismo 5° semestre.
Realización en base a una entrevista realizada al ministro del reino de Bután Karma Tshiteem. (http://www.otrocanal.cl/video/karma-tshiteem-un-nuevo-paradigma-de-desarrollo)
Obtención de la idea clave de la entrevista + vinculación con materia vista en clases.
calificación obtenida: en espera de calificación.
¿Qué
es la felicidad para los chilenos?
La
felicidad es definida en la RAE como: Estado del ánimo que se complace en la posesión de un bien.
¿Es así como realmente el chileno promedio ve el significado de felicidad?
En el reporte mundial sobre la felicidad
“World happiness report” realizado
por la Universidad de Columbia el año 2012, Chile quedó en el puesto número 43
entre los 150 países evaluados. Algunos de los resultados del estudio son que:
no sólo la riqueza hace felices a los países, también se toma en cuenta la
estructura social y la ausencia de corrupción, para el individuo es relevante
contar con buena salud mental y física, poseer un trabajo y ser parte de una
familia, la cesantía es una de las principales causas de infelicidad y el crecimiento
económico de un país no determina la felicidad de sus habitantes, entre otros. A
pesar de la buena posición que ocupa Chile en el ranking mundial de la felicidad,
al hacer preguntas sobre emociones negativas como la tristeza, depresión,
preocupación y enojo, el país cae profundamente al número 132, siendo uno de
los países con más pensamientos negativos en el mundo y dejando entrever a
todos que la sociedad chilena es una sociedad depresiva y bipolar.
La sociedad occidental se ha
formado en base a los pensamientos de los filósofos griegos y uno de los que
más connotados al momento de comprender la sociedad en su conjunto ha sido Aristóteles.
Aristóteles en su “Ética para la felicidad” da varias claves de cómo la
sociedad y el ser humano debe orientar sus acciones a el bien supremo o el fin
último que vendría siendo “La felicidad”, sin embargo, a pesar de que los occidentales
tienen como raíz a este filósofo, en lo que ha transcurrido del tiempo las
ideas de Aristóteles han sido distorsionadas y se quiere dar como fin último “el
éxito económico de las naciones y los individuos que las componen”.
Siendo un poco más contemporáneos
podemos analizar “La felicidad paradójica. Ensayo sobre la
sociedad de hiperconsumo” del filósofo y sociólogo francés Gilles Lipovetsky, que hace una
fuerte crítica sobre la “sociedad del consumo”, el capitalismo como manda más
de la cultura occidental y la falsa felicidad momentánea que se genera al
obtener un bien. Además el ensayo se refleja a un nuevo arquetipo social el
“hipersonsumidor”, que pasa a ser un ser que ya no sólo desea bienestar, sino
que ahora anhela armonía, plenitud, felicidad y sabiduría. Para desgracia de
esta nueva especie social, son tantas las emociones involucradas en el consumo
que éstas nunca serán realmente satisfechas y ahora es la decepción lo que
aparece amenazando a distintas capas de la sociedad y generando de este modo
disconformidad, revueltas sociales, jóvenes violentos, ancianos desprotegidos y
un sinfín de resultados negativos post decepción del sistema. Desde este
análisis de los excesos a los que se está llegando por el consumo excesivo
Lipovetsky, advierte que se deben revisar la importancia y las prioridades de
los individuos para así contener el frenesí consumista que ha ido convirtiéndose
en una plaga gracias al sistema actual.
En Chile (como casi todos los
países occidentales) se cree que la medida de la felicidad se debe al éxito
económico de los países y es por eso que se utiliza como fórmula de medición el
PIB (Producto interno bruto) que es una
medida macroeconómica que expresa el valor
monetario de la producción de
bienes y servicios de un país durante un período determinado de tiempo, pero ¿es correcto generar políticas públicas para
el fin último en función al crecimiento económico del país? Incluso Simon
Kuznets, creador del PIB, fue crítico con la pretensión de medir el bienestarexclusivamente
sobre la base del ingreso per cápita derivado del PIB.
En medio de un mundo
que está siendo atormentado por una crisis económica, medioambiental y social,
sería bueno que se volvieran a tomar en cuenta las prioridades verdaderas para
llegar al bien supremo, se debería priorizar la vida y el bienestar, en lugar
de los números, deberíamos ser consientes de que nuestros recursos naturales no
son eternos y que como seres humanos estamos destinados a surgir en sociedad y
por ello la distribución de los ingresos debería ser menos abusiva.
Entonces ¿qué es la
felicidad para los chilenos? Hasta el momento no hemos sido afectados por la
crisis económica mundial pero eso no quiere decir que no nos toque en un futuro
cercano y cuando todos los bienes pierdan su valor ¿seguiremos pensando que la
felicidad depende de ellos? Estamos a portas de una nueva elección presidencial
y sería bueno que se empezaran analizar las propuestas presidenciales con una
visión hacía las prioridades que Chile deberá resolver en el futuro.
Claudia Kompatzki